Ahmad Reza Ataie: El patrullero Atalaya (P-74) visita Málaga

Por Gorka L Martínez Mezo

Entre los días 7 y 9 de julio de 2023 ha visitado nuestro puerto el patrullero Atalaya (P-74), última unidad de la clase Serviola y con base en la estación naval de la Graña (Ferrol)

El patrullero Atalaya amarrado en el Muelle 2 del puerto de Málaga (Foto: Gorka L Martínez Mezo)

Los patrulleros clase Serviola

La clase Serviola está formada por cuatro buques, siendo el diseño original una versión mejorada de los patrulleros de la clase Halcón diseñados para la Prefectura Naval Argentina, que opera cinco unidades que entraron en servicio entre 1982 y 1983.

El Guardacostas de la Prefectura Naval Argentina GC-24 Mantilla fotografiado en Buenos Aires en 2011. Foto: Diego Ventu

Construidos en Ferrol, la EN Bazán consiguió otro contrato de seis unidades (clase Uribe) para la Armada de México, aunque los buques mexicanos fueron construidos por Bazán-San Fernando.

El patrullero PO 126 Monasterio de la Armada de México (Foto: Jorge Alejandro Medellín/Revista Defensa)

Todos los navíos desplazan alrededor de 1000t y su manga y eslora es de 68-70m con una manga de poco más de 10m. Por estas fechas la Armada española necesitaba reemplazar su flota de patrulleros de altura, formada por buques muy antiguos, y buscaba un diseño moderno, barato de adquirir y operar, con una buena autonomía y habitabilidad y una plataforma de vuelo que permitiera la toma de helicópteros medios aunque sin hangar o capacidad de mantenimiento.

Vista del proa del Atalaya mostrando sus líneas marineras. (Foto: Gorka L Martínez Mezo)

La construcción del cabeza de la clase comenzó en el astillero de Bazán en Ferrol en diciembre de 1989 y fue entregado a la Armada en marzo de 1991. Entre el inicio de la construcción y la entrega del último buque pasaron solo dos años y medio.

Con una tripulación de 48 personas, su habitabilidad era muy buena para la época y disponen de un pequeño hospital para seis plazas y con capacidad de albergar supervivientes o miembros de unidades de fuerzas especiales de las fuerzas de seguridad del estado, habiendo participado en innumerables operaciones de seguridad marítima contra el contrabando, tráfico de drogas y protección de los intereses españoles por todo el mundo. Su participación más conocida ocurrió durante la llamada Guerra del fletán en 1995, en la que fueron enviados a proteger a los pesqueros españoles y portugueses del acoso por buques de la Royal Canadian Navy en la zona de Gran Sol.

Descripción

Los patrulleros de la clase Serviola desplazan 1106t y su eslora es de 68m con una manga de 10,33m.

Están propulsados por motores Bazán-MTU 16V956 que accionan dos ejes con hélices de paso variable, siendo su velocidad máxima continúa de 20 nudos. Es una planta económica y que les dota de una gran autonomía. Su castillo elevado y la presencia de aletas estabilizadoras les permite operar en zonas con mal tiempo.

Banda de estribor del Ataya mostrando una de las dos semirrígidas (Foto: Gorka L Martínez Mezo)

A popa disponen de una amplia cubierta de vuelo que permite la toma de helicópteros medios como los AB-212 aunque carecen de hangar. Para sus misiones de protección marítima portan dos lanchas semirrígidas.

Popa del Atalaya donde podemos ver la plataforma de vuelo así como las dos grúas usadas para maniobrar las semirrígidas y su única chimenea. (Foto: Gorka L Martínez Mezo)

Su dotación en armamento y electrónica es muy básica, la propia de un patrullero de altura.

La electrónica es, como hemos comentado, muy básica, compuesta por un radar de superficie/aéreo Consilium Selesmar RTM 30 SIM y un radar de navegación Consilium Selesmar RTM 25 XIM.

Mientras que los buques argentinos y mexicanos están armados con cañones automáticos Bofors u Oerlikon, para armar a los Serviola la Armada optó por reciclar viejos cañones de 76,2mm (3 pulgadas) del tipo Mk22 recibidos originalmente en la década de los 50 dentro de la llamada « Ayuda Americana » que permitió modernizar a los buques de la Armada construidos en los años 30 y 40 con armamento y electrónica de origen norteamericano, en muchos casos veteranos de la Segunda Guerra Mundial.

Puente del patrullero Atalaya con el cañón Mk22 situado bajo el mismo (Foto: Gorka L Martínez Mezo)

El cañón de 76,2 mm/50 Mk22 está basado en un diseño anterior a la Primera Guerra Mundial que pesa 798kg. Dotados con un cierre semiautomático, su cadencia de tiro máxima es de 10 a 20 disparos por minuto, aunque al no disponer de estabilización ni control remoto, su capacidad militar es muy limitada.

Uno de los veteranos cañones Mk22 de un patrullero clase Serviola (Foto: Armada española)

El armamento fijo está completado por dos ametralladoras Browning M2 de 12,7 mm situadas en ambas bandas.

Una de las dos ametralladoras Browning M2 situadas en las bandas del puente. Nótese las antenas de sus radares Selesmar. (Foto: Gorka L. Martínez Mezo)

Modernización de media vida

Tras casi cuatro décadas de servicio y tras desistir au reemplazo por sendos buques de acción marítima (BAM), la Armada ha decidido proceder a una modernización de media vida de sus cuatro patrulleros clase Serviola

Los trabajos de modernización incluyen diferentes apartados y servicios. Entre las mejoras se incluye la instalación de un SICP (Sistema Integrado de Control de Plataforma) del tipo complex modificado para tener un mejor control del navío y lograr un funcionamiento más eficiente de distintos automatismos.

Otra mejora es la instalación de una primera planta de ósmosis inversa, que será complementada con una segunda para así tener una mayor cantidad de agua disponible y ampliar la autonomía logística en sus tránsitos de larga duración.

También se les ha montado un equipo avanzado de comunicaciones por satélite IGX que da respaldo a los servicios del Sistema Español de Comunicaciones Militares por Satélite (SECOMSAT) e incide en el bienestar de la dotación al facilitar los enlaces a muy larga distancia.

Dentro de esta la modernización de media vida, en 2019 se aprobó realizar en cada uno de esos patrulleros una preinstalación doble para poderles montar estaciones de armas remotas (RWS) Guardian 2.0 armadas con una ametralladora Browning M2 de la empresa Escribano.

Dentro de este plan de mejora de su armamento, en enero de 2021 la Armada destinó 4,6 millones de euros para adquirir cuatro RWS Sentinel 30 dotadas con cañones Mk 44 Bushmaster II también de la empresa Escribano para sustituir los obsoletos cañones Mk22 de 76,2mm, estando la primera unidad ya montada para pruebas a bordo del Serviola (P-71).

RWS Sentinel de 30mm (Foto: Octavio Díaz Cámara/Revista Defensa)

En el mismo afuste, la Sentinel 30 monta un sistema de observación infrarroja FLIR (Forward Looking Infrared) FALCATOS con canales visuales dia/noche y telémetro láser. El montaje está completamente estabilizado y dispone de una dirección de tiro integrada

El patrullero Atalaya (P-74)

El Atalaya fue construido por la entonces Empresa Nacional Bazán en Ferrol, siendo botado el 22 de noviembre de 1991 y entregado a la Armada el 26 de junio de 1992. Su base es la Estación Naval de La Graña, en Ferrol.

Botadura del Ataya en los astilleros de la Empresa Nacional Bazán el 10 de octubre de 1991. (Foto: Navantia )

El Atalaya forma parte de la Fuerza de Acción Marítima de la Armada. Como tal, su misión fundamental es contribuir a la protección de los intereses marítimos nacionales dentro de la Acción del Estado en la Mar.

El Atalaya navegando (Foto: Armada)

Esta misión se realiza a través de la vigilancia sistemática de los espacios de soberanía con el objeto de detectar e informar de actividades de carácter extraordinario, controlar posibles violaciones o infracciones de la legislación internacional en el ámbito marítimo e impedir actividades que puedan afectar a nuestros intereses nacionales. Por sus características, el Atalaya colabora en otras tareas permanentes de la Armada, como son el adiestramiento de otras unidades de la Flota y la Fuerza de Acción Marítima, alumnos de las Escuelas de Formación; la Presencia Naval en puertos nacionales e internacionales o el acercamiento de la Armada a la sociedad a través de Bautismos de Mar o Jornadas de Puertas Abiertas.

Otros cometidos directamente derivados de la misión incluyen:

  • Vigilancia sistemática de pesca en los caladeros de interés nacional.
  • Apoyo a la flota pesquera española en los caladeros donde faena.
  • Búsqueda, localización y seguimiento de buques sospechosos de actividades ilegales como el terrorismo, el tráfico ilícito de armas y la proliferación de armas de destrucción masiva.
  • Seguridad y protección de determinadas unidades.
  • Colaboración con otros organismos del estado en la lucha contra la inmigración ilegal, la represión del narcotráfico, la lucha contra la contaminación marítima, así como la protección de la vida humana en la mar.

Por sus características, el ‘Atalaya colabora en otras tareas permanentes de la Armada, como son el adiestramiento de otras unidades de la Flota y la Fuerza de Acción Marítima, alumnos de las Escuelas de Formación; la Presencia Naval en puertos nacionales e internacionales o el acercamiento de la Armada a la sociedad a través de Bautismos de Mar o Jornadas de Puertas Abiertas.

El Atalaya participó en la guerra del fletán, siendo enviado a aguas del Gran Banco de Terranova el 18 de abril de 1995 para dar relevo al Centinela (P-72), siendo relevado por el Vigía (P-73) el 6 de mayo de 1995. Tras una breve parada, el Atalaya volvió de nuevo a aguas del Atlántico entre el 13 y el 31 de junio.



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