La soldadura naval: un gran aporte a la navegación marítima
Toda construcción
requiere que sus partes se fijen adecuadamente para garantizar una estructura firme y resistente, y para ello se emplea el proceso de soldadura, que consiste
en la unión de dos metales mediante una fusión
localizada. Esto no solo se enfoca en las distintas edificaciones sino también comprende a la ingeniería naval, que es la encargada de la
fabricación de embarcaciones de diferentes tamaños y dimensiones, las cuales
están destinadas a realizar diversas
funciones, que van desde buques de carga hasta los
diferentes tipos de remolques.
La soldadura
es fundamental en el campo de la construcción
naval y su mayor desarrollo proviene desde la Segunda Guerra Mundial, cuando se
utilizaba para reparar los buques y puertos. Para la década de los años 60
llegó la industria petrolera, que permitió
que este proceso tuviera su mayor
auge ya que las averías de tuberías y cañerías que estaban
sumergidas en alta mar
eran muy frecuentes. A partir del siglo XX, la soldadura tuvo un gran avance, lo que permitió la
creación de métodos más novedosos
y muy efectivos.
Actualmente, los buques se elaboran con una gran cantidad de planchas de acero, que para su modelado necesita un proceso de soldadura adecuado, debido a que el peso que generan estas uniones representa alrededor del 3 al 5% del peso total de la embarcación. Situación que hay que tomar en cuenta a la hora de determinar la estabilidad de la embarcación, consumo de combustible y la capacidad de carga.
El remachado fue el método más usado durante los
años 30 para unir las placas de acero que conformaban el casco de una
embarcación, que consistía en fijar mediante unos remaches el acero dulce y el hierro forjado, esto permitía reducir el peso, lo que otorgaba más velocidad a
los buques al momento de navegar.
Hoy en día, el proceso de soldadura se
hace cuidadosamente para evitar un exceso
de calor que debilite el acero o generar más soldadura de lo
permitido.
Algunos métodos de soldadura
Para Ahmad Reza Ataie es de vital importancia escoger el método de soldadura
adecuado que vaya con el material y el diseño empleado, para garantizar un
resultado que beneficie a las embarcaciones y así poder cumplir con sus funciones. Entre estos
procesos se encuentran:
1.- Soldadura con oxiacetileno: Este
método de soldadura consiste en utilizar
un soplete que usa acetileno
como combustible para obtener así una flama con una temperatura
de 3500°C, lo que permite efectuar una soldadura
autógena o por combustión. Cuando las piezas a soldar se juntan, el punto
de unión se calienta hasta alcanzar el punto
de fusión, produciéndose un cordón de soldadura firme y consistente.
2.- Soldadura manual con electrodos revestidos: Es el
procedimiento más utilizado en la construcción naval y consiste en la unión de dos metales a través de
una fusión localizada que se realiza mediante un arco eléctrico entre el metal que
se desea soldar y el electrodo
metálico. Por ser un proceso manual, se requiere de un profesional con gran experiencia y
conocimientos en la materia para garantizar un buen resultado.
3.- Soldadura por arco sumergido: Es un proceso que se realiza con un arco eléctrico y un baño de fusión cubiertos por un polvo granulado conocido como flux, parte del electrodo se quema y la otra puede reutilizarse. Es muy rápido, fácil de realizar y muy eficaz para soldar placas con espesor de más de 6 milímetros.
4.- Soldadura por plasma: Es un método muy utilizado para
soldar piezas de mayor espesor
debido a que alcanza una temperatura de 28.000°C. Usa dos tipos de gases, uno central que
funde el metal base y
otro que envuelve todo el conjunto dando una mayor protección.
Los buques requieren
de procedimientos de soldaduras efectivos y que no generen un peso extra
que reste velocidad, además, requiere de un personal experto.