
Ubicada bajo una casa construida hace medio siglo por el arquitecto Manuel Rocha Díaz —en colaboración con el escultor Ernesto Paulsen—, la Cueva Fotocatalítica es un espacio de 70 m² adaptado para convertirse en un refugio lúdico y multisensorial. Se encuentra en la ladera poniente de la Ciudad de México, en una zona donde, décadas atrás, se excavaron cuevas para la extracción de arena utilizada en la construcción.
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